Tras
la lectura del artículo “Los Universitarios y la Lectura”, hemos llegado a una
clara afirmación: las actividades de fomento lector en los cursos primarios no
dan los frutos esperados y por eso actualmente, los universitarios no leen
tanto como debieran.
A nuestro parecer, no se consigue transmitir desde la educación primaria la importancia de leer y el hábito de hacerlo, motivo por el cual en etapas superiores los estudiantes están desarraigados de esa costumbre.
Si atendemos a nuestro ejemplo concreto como maestros, cabe decir que leer tiene vital valor porque, como bien se comenta en el artículo, está directamente relacionado con el grado de formación del profesorado y consecuentemente con la calidad educativa.
Así
pues, si los docentes no tenemos hábito de lectura, nunca podremos hacer que
nuestros alumnos lo adquieran, y menos que lo vivan y aprecien. Por eso,
conseguir que nuestros alumnos lean por iniciativa propia debe ser algo más que
un objetivo. Debe ser una realidad. Realidad que depende en gran medida de
nosotros, y de lo que estemos dispuestos a exigirnos.
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