Todos sabemos que en los tiempos que corren hoy en día,
la lectura ha pasado a ser una actividad obligatoria en la que los niños no
tienen ninguna motivación, es decir, lo ven como un ejercicio pesado en el que
deben retener una serie de información que más tarde se verán obligados a
plasmar en una prueba o en un trabajo. Además de este inconveniente, debemos
sumarle la aparición de nuevos entretenimientos: la televisión y los
videojuegos.
A partir de los problemas expuesto anteriormente, surge
la siguiente pregunta ¿qué se puede hacer para fomentar el hábito lector?, en
el artículo “El secreto de crear pequeños lectores, en las jornadas de Lecciones y Maestros” que aparece en el periódico El País, he podido extraer tres ideas fundamentales que nos
permiten mejorar el fomento de la lectura en edades tempranas, la primera es
que olvidemos las malas prácticas en el inicio lector, la segunda es que exista
una mejora en el plan lector de los colegios e institutos y, finalmente, que en
un futuro, no muy lejano, el porcentaje de lectores en España se vea
incrementado, es decir, que cada vez hayan más y más lectores.
Ahora bien, es cierto que en edades tempranas es
relativamente sencillo fomentar la lectura, pero ¿qué ocurre en los alumnos que
han perdido el interés por la lectura? El escritor Joan Manuel Gisbert nos
comenta en el artículo que una clave importante para recuperar el hábito lector
es “despertar impulsos fundamentales relacionados, por ejemplo, con la vivencia
del misterio o la atracción por el enigma. Historias que reten al lector a
entrar en ella para dilucidar temas y saber qué esconde el libro, ayudados por
una estructura adecuada”, en otras palabras, se trata de buscar temáticas
nuevas y absurdas que les amplíen una realidad conocida y que les produzcan
placer, emoción y goce al coger el libro.
Siendo sinceros, y sin intención de menospreciar la opinión de nadie me surge una nueva pregunta ¿es suficiente el hecho de cambiar la temática para
motivarles de nuevo hacia la lectura?
Quiero contestar a tu pregunta final. En mi opinión, no es suficiente cambiar la temática para motivarles hacia la lectura, debemos tener en cuenta que cada alumno es distinto, tiene sus propios intereses, y sobretodo recibe una ecuación distinta. Con esto me refiero a lo estimulados que vengan de casa. Por ello, no comparto que todos los alumnos de una misma clase estudien una obra literaria elegida por el maestro, se pueden seleccionar varias en función de los intereses de los alumnos.
ResponderEliminarPor otro lado, en las edades tempranas soy partidaria de captar lectores con libros que les hagan disfrutar, aunque no estén en el canon literario, he visto como los niños se divertían con libros lejanos de lo clásico. Sin embargo, para ciclos superiores utilizaría los seleccionados en el canon escolar, ya que están más preparados psicológicamente para entender una lectura clásica.
Con respecto a los videojuegos, televisión, etc. debemos dejar de verlo como un enemigo a batir, forman parte de su vida y se pueden utilizar para aprender, como por ejemplo la tablet, existen aplicaciones en las que pueden leer libros, simplemente cambia el soporte pero es suficiente para crear un fuerte estímulo hacia la lectura.